¿Cómo salir del aislamiento mejor de lo que entramos?

La generosidad y genialidad de la gente nos ha proporcionado en tan solo un par de días un montón de ideas para hacer con los niños. Mantenerlos ocupados y entretenidos va a ser muy importante, pero nosotros creemos que estas pueden no dar el resultado esperado si la convivencia falla. Sin embargo, si las relaciones en casa fluyen y todos “estamos bien”, cualquier actividad funcionará.

Así, pensamos que hay algunas claves no sólo para “sobrevivir” a estos días de encierro en casa, sino salir reforzado al final del proceso.

  1. ¿Cómo quieres vivir estos días? Tan sólo dos semanas de aislamiento puede equivaler al tiempo que pasamos con los niños durante dos meses. Como vivamos este tiempo tendrá un impacto profundo en la familia porque definirá de manera intensa cómo nos relacionamos y “lo que aquí se valora y lo que no”. Por eso, creemos que lo fundamental es poder definir nuestros Valores de familia, empezando por los tuyos. Coge “papel y lápiz”…¿Qué es importante para ti?, ¿qué tipo de padre o madre quieres ser y cómo lo vas a conseguir estos días?, ¿qué te hace sentir bien y cómo lo puedes fomentar?, ¿qué te hace sentir mal y cómo lo vas a evitar?, ¿qué te hace saltar y cómo lo vas a gestionar?, ¿y a los demás con los que vives, qué les hacer sentir bien o mal??
  2. Prepárate tú. Teletrabajar y tener que atender a los niños a la vez va a ser complicado, pero ya no tenemos la excusa de las prisas y de hacer mil planes diferentes. Es la oportunidad de oro para estar más presentes que nunca y hacerlo de forma positiva. Aquí hay unas sugerencias para hacerlo:
    • No dejes tu día al azar. Pregúntate cada mañana “¿qué haría que hoy fuese un día genial?” Esta pregunta no debería de tener más de dos o tres respuestas. Sé realista, con una pizca de ambición.
    • No te agobies por ellos. Tendemos a proyectar en los demás los propios sentimientos. Es posible que estemos sufriendo por ver a nuestros hijos encerrados y a veces cansados de estarlo. Pero si miramos otra vez, nos daremos cuenta de que este virus les ha podido traer también su tesoro más preciado: estar con nosotros.
    • Planifica tu propia rutina. ¿A qué hora te quieres levantar?, ¿cuál es tu horario de trabajo?, ¿a qué hora coméis?, ¿cómo vas a planificar algo de ejercicio físico?, ¿te podrás conectar para hablar con los tuyos?, ¿a qué hora quieres estar en la cama para poder descansar lo suficiente?
    • Regula tus expectativas y trátate bien. Identificar esas cosas que crees que ahora es buen momento para hacer (como ordenar ese altillo al que nunca llegas) y planificar tu día el día es importante pero igual de importante es poder fluir según vaya transcurriendo el día. Sobre todo, no pretendamos ser perfectos, ni establecer expectativas muy altas. Ya hacemos muchas cosas muy bien, lo estamos dando todo y además, mañana tendremos otra oportunidad.
    • Asegúrate de que tienes un rato para ti. Por ejemplo, donde hay más de un adulto, acordad qué rato puede tener cada uno para recluirse y dedicárselo a sí mismo.
    • El móvil está que arde con mensajes de todo tipo. Haz el esfuerzo consciente de dejarlo a un lado y estar a lo que estás, especialmente con los niños.
    • Revisa tu día por la noche: ¿cómo ha ido?, ¿qué mantendrás para mañana y qué debes intentar cambiar?
    • También es la oportunidad perfecta para meditar y aprender a estar más presente.
  1. Prepara el espacio para toda la familia. No va a ser posible tener la casa perfecta pero tampoco tiene por qué ser un caos que os saque de quicio. Más allá del orden, si está bien preparado, marcará la diferencia:
    • Repasa los espacios de tu casa desde la perspectiva de tus hijos. Siéntate a su altura y decide qué debes y estás dispuesto a cambiar. Si puedes cambiar plantas, libros, tecnología o decoración que puedan romper, hazlo y estaréis todos más relajados. Donde no estás dispuesto a cambiar, establece límites claros. Sopesa qué te merece más la pena – cambiar o gestionar los límites, con sus potenciales enfados.
    • Fomenta la autonomía creando oportunidades en cada estancia de la casa. Para ello, asegúrate de que los niños tienen a su alcance lo que necesitan – y sólo lo que necesitan. Si hay hermanos en casa, fomenta la colaboración y el cuidado entre ellos.
    • Prepara actividades de forma estructurada con bandejas y cestas para que usen sólo lo necesario cada vez y las actividades tenga sentido.
    • No, no necesitan mil cosas. De hecho, menos es más porque ayuda al niño a concentrarse.
    • Observa, observa, observa… Cambia las actividades sólo cuando veas que es necesario. Estas semanas, no van a necesitar grandes cambios.
    • Un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio: los niños de estas edades tienen un sentido del orden muy pronunciado. Les ayuda a sentirse seguros, a concentrarse y luego a recoger. No vale meter todo en una cesta o un cajón al final del día. Cada cosa debe tener su sitio.
    • Pon a disposición del niño sólo lo que estés dispuesto a recoger tú. Hazlo tras cada actividad y termina como una rutina en sí misma, pero hazlo CON tus hijos y a su ritmo.
    • ¿Pueden ellos disfrutar de los detalles bonitos de tu casa?, ¿alcanzan a verlos? Si no es así, cambia lo que sea necesario para que también ellos disfruten de espacios bonitos.
  2. Establece una rutina a medida de los niños y que puedas cumplir todos los días. Nosotros os recomendamos que os ajustéis lo más posible a los horarios a los que ya tenían antes de esta crisis, pero si eso no es realista, adáptala a vuestras necesidades. Si hoy no tienes la comida lista a las 12,00 porque han surgido algunos contratiempos, pues se come a las 13,30 si así vas a estar más relajado y vas a poder ser mejor ejemplo y mejor adulto.
  3. Cuida la alimentación. ¿Cuántas veces has oído ya “tengo hambre”? No estar ocupados suele hacernos apoyarnos en la comida y normalmente en los caprichos. Mantén la dieta saludable de la familia y en cierto modo, el contacto que hemos perdido con la naturaleza a través de las frutas y las verduras.
  4. Disciplina positiva. Ni premios, ni amenazas, ni castigos. Amor y límites claros, ahora más que nunca.

Desarrollaremos los conceptos del rol del adulto, el espacio preparado y la disciplina positiva a lo largo de a semana. Además, dentro de las actividades que iremos trabajando, pondremos especial atención sobre las de “vida práctica” y todo aquello que el estar en casa nos ofrece. Como esta situación no tiene precedentes, sé realista y empieza poco a poco. Cuenta con nosotros para echarte una mano, porque aunque ituitu tenga -por ahora- las puertas cerradas, siempre está abierto para ti.