¿Qué es la disciplina positiva?

Todos los padres y madres quieren lo mejor para sus hijos, pero las mejores intenciones no siempre dan los mejores resultados, ni siquiera los esperados.

La Doctora Jane Nelsen, quien acuñó el término de Disciplina Positiva, cree que cuando los niños no se portan bien es porque sienten frustrada o amenazada su necesidad de pertenencia, amor y atención. Por eso, una reacción inmediata autoritaria por parte del adulto, como un grito, una amenaza o un castigo puede surtir efecto en el momento por el miedo que causa en el niño, pero no es una base sólida sobre la que construir una relación positiva a largo plazo. Tampoco para la autoestima del niño, quien con frecuencia se siente decepcionado consigo mismo por no cumplir las expectativas de sus familias o peor aún, porque durante los enfados de los adultos, tiene que escuchar que es un desastre, malo o cosas por el estilo.

Límites claros, amor y firmeza enseñarán a los niños habilidades para toda la vida, como ser respetuosos unos con otros, ser disciplinados, colaboradores y capaces de resolver sus problemas. Todo ello, sin recurrir al castigo ni al premio, sino al respeto mutuo. Esta es la filosofía en ituitu y somos conscientes de lo difícil que resulta a la mayoría de las familias en muchas ocasiones.

Adentrarse en la disciplina positiva es también toda una aventura personal porque cambiar nuestras conductas, que en muchos casos son patrones aprendidos de nuestros mayores, no es nada fácil, especialmente bajo presión… cuando no llegamos al autobús de buena mañana, estamos agotados por la noche o no vamos a ceder ante el capricho del supermercado. Estar dispuesto a observarse a uno mismo, lo que nos hace saltar y por qué, lo que es negociable y no lo es, lo que se puede prevenir cambiando nuestra conducta y no la del niño, etc… es una de las claves del éxito.

Para ayudarnos con todo esto, nadie mejor en España que Marisa Moya, quien impartirá un taller introductorio en ituitu el 15 y 16 de febrero. Más información en hello@ituitu.es.

 

«Quiero aportar una atmósfera serena, que los niños confíen en mí y se sientan cómodos.

Inquieta, detallista y apasionada de los idiomas, Roberta es una de las últimas incorporaciones al equipo ituitu. A pesar de su juventud, tiene una larga experiencia trabajando con niños, con los que siempre derrocha entusiasmo y una sonrisa permanente.

Haznos una descripción de ti misma y de cómo nace tu interés por la educación infantil.

Me llamo Roberta, tengo 24 años y soy italiana. Llevo un año viviendo aquí en Valencia. Me mudé para aprender español, dado que siempre he tenido interés en los idiomas. De hecho, en ituitu trabajo como auxiliar de inglés, idioma que he estudiado desde siempre y he perfeccionado participando en el programa Erasmus durante mi carrera. Siempre me ha encantado estar con los niños y cuidarlos, aprendo mucho de ellos y me encanta ver el mundo desde su punto de vista. Nunca paran de sorprenderme, me apasionan las ganas y el entusiasmo que tienen en descubrir y aprender. Cuando estoy con ellos me doy cuenta de que de vez en cuando los adultos deberíamos volver a ser niños para que no nos olvidemos que las cosas sencillas y pequeñas a veces son las más bonitas.

 

¿Qué experiencia has tenido en el campo de la educación antes de incorporarte a ituitu?

Hace un año y medio me gradué en Educacion infantil, y desde los 18 años he trabajado con niños como cuidadora y también como monitora en un centro infantil. Durante mis estudios he hecho tres prácticas en escuelas infantiles, apoyando a las maestras en las actividades y también durante las rutinas diarias.

¿Qué balance haces del tiempo que llevas en la escuela?

Muy positivo, aunque llevo muy poco tiempo. Además, apoyo firmemente la importancia de introducir desde los primeros años de vida la enseñanza de un segundo idioma, en particular del inglés, para poder dar la posibilidad a los niños en futuro de viajar y abrir su mente a nuevas experiencias. De hecho, Ituitu es una escuela multicultural porque hay niños de diferentes países (Holanda, Italia, Francia, Sudamérica…), y esta ventaja nos da la oportunidad de conocer y estar en contacto con culturas distintas a la nuestra.

¿En qué clase estás? ¿Cómo te llevas con los peques? Cuéntanos un poco cómo son, qué actividades haces con ellos, cuáles les gustan más y cuáles menos…

Estoy en dos clases de 2-3 años, apoyando a las tutoras. Me encargo de organizar actividades en inglés, generalmente centradas en el aprendizaje del vocabulario, a través de imágenes, arte y música. Escuchamos canciones de rutina (good morning and good bye songs, tidy up the classroom, make a circle), de relajación, y aprendemos todos juntos cantando y bailando. ¡Lo pasamos fenomenal y nos encanta! Además, creo que es la mejor forma de aprender un idioma. A muchos les gustan también los cuentos, pasan mucho tiempo hojeando los libros y mirando las imágenes; otros prefieren correr en el patio, que de hecho es un momento muy importante para liberar energía. Lo que más me interesa es que aprendan es cuidarse el uno al otro porque es una edad en la que se pelean, quieren hacerse valer y aún no saben controlar sus emociones. Por eso, quiero contribuir a que entiendan el valor de la ayuda recíproca y cuidarse, quererse, respetar sus turnos etc.

¿Cómo está siendo la adaptación de los niños en este inicio de curso?

Al principio no fue fácil porque había algunos niños que lloraban – los mismos que ahora no quieren irse cuando llegan sus padres. Es un momento muy sensible para ellos porque tienen que separarse de sus familias y de su hogar. Para muchos es la primera vez. Algunos quieren ser mimados, otros prefieren quedarse solos para observar el ambiente y a sus compañeros; cada uno necesita su tiempo y nuestro rol es también identificar y escuchar sus necesidades para poderles dejar su espacio y responder en la forma más adecuada.

 

¿Cuáles son tus metas para este año?

Los educadores tenemos muchas responsabilidades, es un aprendizaje continuo también para nosotros. Quiero aprender a llevar bien una clase, a utilizar técnicas educativas correctas para que los niños disfruten y aprendan; quiero aportar una atmósfera serena, que ellos confíen en mí y se sientan cómodos.

 

¿Qué destacarías del equipo de ituitu?

A veces la cooperación en un ambiente de trabajo donde hay diferencias culturales puede no ser fácil. Sin embargo, sé que puedo contar con mis compañeros en todo momento, y encuentro mucha disponibilidad por su parte. Me impresiona la pasión con la que trabajan, y con una buena organización conseguimos hacer felices a nuestros peques.

A lo largo del año organizamos varias fiestas: Halloween, Navidad, Fallas, fin de curso… ¿Cuál esperas con más ganas?

¡Me encanta la Navidad! Me hace mucha ilusión la atmósfera que hay por la calle porque parece todo mágico. Desde que era pequeña me fascinaban las luces, las canciones y no podía esperar para pasar un rato junta a mi familia. La fiesta de Navidad ha sido muy bonita y  ahora espero con mucha ilusión la fiesta de Fallas.

 

¿Qué es lo que te atrajo del proyecto de ituitu para decidirte a unirte al equipo?

Lo que más me llamó la atención en ituitu es la utilización de una metodología innovadora, moderna y diferente: un sitio donde se combinan actividades experienciales y sensoriales con el bilingüismo, donde los niños se sienten libres de elegir su forma de expresarse y de aprender. Además, se sigue el desarrollo del cada niño paso a paso, acompañándolo en su crecimiento, proponiendo (y no imponiendo) actividades diferentes según los centros de interés.

Una huerta de sonrisas

Seguimos con nuestra pequeagenda infantil y este mes os proponemos un plan ituitu muy especial: ir a la huerta a recoger una buena cosecha de sonrisas. Las encontaréis en el barrio de Castellar-L’Oliveral, concretamente en la Sala Horta.  Un espacio dedicado al teatro desde hace más de veinte años y que en los últimos tiempos viene prestando una especial atención al público infantil.

De su programación, nos ha llamado la atención la gran cantidad de propuestas dedicadas a los niños de 0 a 3 años, un sector de público a menudo olvidado por los programadores. Así, de las nueve obras que se representarán entre enero y mayo, cinco están concebidas específicamente para niños de esa franja de edad. ¡Y es que la mejor forma de llenar los teatros del mañana es empezar a compartir hoy la magia del teatro con los más pequeños!

Para niños un poco más mayores, os recomendamos «Horta», una propuesta experiencial destinada a un público de entre tres y seis años, en la que el campo toma, literalmente, el teatro. Un total de 350 kilos de tierra se esparcen por la sala de modo que los menores entren en contacto físico con la huerta. Hay caballones, capazos, botijo, fajas y espardeñas de esparto. La autora del montaje, Pau Pons,  ya ha firmado dos piezas anteriores para la infancia, Martina i el Bosc de Paper y Les 7 diferències, producción de Teatre Escalante por la que su compañía, El Pont Flotant, se alzó con el Premi de Les Arts Escèniques 2018 al Mejor Espectáculo para Niños y Niñas.

Podéis consultar horarios y espectáculos y comprar las entradas aquí.

 

 

Arroz basmati con brócoli, huevo y pipas de calabaza.

Aunque normalmente lo encontramos durante todo el año, estamos en plena temporada de brócoli, así es que es más fácil encontrarlo ecológico o de km 0.
De entre muchos platos con brócoli, este es perfecto para toda la familia. Además de sano y nutritivo porque lleva hidratos, proteínas y verduras, ayuda a que los niños descubran colores y texturas en la comida. Una receta fantástica de Juan Llorca que nos chifla.

Ingredientes para 6 personas:

300gr arroz basmati integral cocido
1 cebolla
1 ajo
1 puerro
1 pimiento verde
1 cucharada de postre de pimentón
2 brócolis
1 puñado de pipas de calabaza
3 huevos eco
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Sésamo al gusto

Elaboración:
Ponemos a cocer el arroz mientras preparamos el sofrito y agua a calentar para cocer el brócoli al vapor o en agua con sal.
Ponemos en una sartén un buen chorro de aceite, y hacemos un sofrito con todas las verduras bien picadas hasta que estén pochadas. Añadimos el pimentón, las pipas de calabaza y seguimos salteando.
Una vez el agua del brócoli empiece a hervir, lo cocemos unos 7 minutos máximo. Mientras se hace (y ya con el arroz cocido) añadimos los huevos al sofrito y los vamos cuajando como si de un revuelto se tratase.
Una vez listo, mezclamos todo, poco a poco; el arroz, el sofrito, las pipas, un poco más de aceite, el brócoli recién cocido y unas semillas de sésamo tostado y ¡a disfrutar!

Nuestro tablero sensorial DIY

El bebé, a partir de los 6 meses de edad, empieza  a interactuar más con el entorno y muestra interés por el mundo que le rodea. Para él o ella todo es novedoso, todo le llama la atención y hay una curiosidad innata por descubrir. Además coincide con el despertar del desarrollo motor, empiezan a moverse más y desplazarse.
Los bebes tienen una necesidad imperiosa de conocer el entorno que les rodea. Toda la información que les permite descubrirlo y adaptarse a él, le llega a través de los sentidos. El entorno preparado, por sí mismo les proporciona toda la estimulación que necesitan, sin tener que proponer actividades sensoriales elaboradas.  Los brazos, los besos, las caricias, los abrazos… son la mejor estimulación para nuestros bebés. Así que no escatiméis en esto.
Pero siempre tenemos la opción de ofrecerles actividades para que tengan acceso a diferentes experiencias sensoriales que quizás de otro modo no tendrían.
El juego es la mejor forma de proporcionar estas experiencias de aprendizaje. A través de él podemos estimular sus sentidos, que ayudarán a su desarrollo cognitivo y al desarrollo de las sus capacidades sensoriales. Podemos centrarnos en la estimulación de un solo sentido o bien en la de varios.
Os propongo una actividad sencilla que podéis elaborar en casa con pocos materiales. Se trata de un tablero de estimulación sensorial táctil y visual.
Como su nombre indica es un tablero en el que distribuiremos diferentes materiales para que los bebés puedan tocarlos y exploren con las diferentes texturas y contrastes. Podemos pegarlo en la pared, si ya se pone de pie, o ponerlo en el suelo directamente.

Objetivos de la estimulación sensorial:
Favorecer la construcción del conocimiento, activar el cerebro y los mecanismos cerebrales que procesan la información y producen el aprendizaje. Además puede prevenir dificultades en el desarrollo, y evitar otras añadidas a las discapacidades que presentan los niños con alteraciones del desarrollo evolutivo y emocional.

Materiales necesarios:
Tablero de corcho
Cola
Pompones de colores
Cartón rugoso
Esponja
Pequeñas ramas
Trozos de tela de diferentes texturas
Palos de polo
Estropajo

Desarrollo:
Una vez tenemos los materiales, se trata únicamente de distribuirlos encima del tablero. Yo elegí un tablero de corcho, pero podemos utilizar uno de madera, cartón… Los pegamos con cola y lo dejamos secar unas horas. Y voilá!! Ya tenemos nuestro tablero sensorial DIY. Es muy fácil.

«El juego libre es la mejor herramienta para conocer las capacidades de cada niño»

Lleva solo unos meses con nosotros pero su constancia y simpatía le han convertido en una pieza imprescindible del equipo ituitu. Hoy charlamos con Jordi, profesor de apoyo en «The stars» y «The city».

Haznos una breve descripción de ti mismo y de cómo nace tu interés por la educación infantil.

Me llamo Jordi, soy de Valencia y tengo 23 años. Soy Técnico Superior en Educación Infantil. Tuve la suerte de poder hacer las últimas prácticas en ituitu. También he estudiado música durante más de 12 años y mi instrumento principal es la trompa.

Durante mis años de estudio siempre soñaba con ser profesor de música, sin embargo, cuando llegué a bachillerato me decidí por la rama tecnológica y mis preferencias cambiaron.

Pero no fue hasta que tuve la oportunidad de dar clases extraescolares que recuperé el interés por la educación y fue entonces cuando decidí matricularme en el Superior de Educación Infantil.

¿Qué experiencia has tenido en el campo de la educación antes de incorporarte a ituitu?

Trabajé un año entero dando clases extraescolares a niños de 4 años en un colegio británico. Además, durante mis estudios dedicaba las tardes a dar clases particulares a niños y niñas más mayores, ya estaban en la ESO.

¿Qué balance haces del tiempo que llevas en la escuela?

Muy positivo. Me he adaptado casi a la perfección, me llevo genial con el resto de compañeras y estoy super cómodo trabajando aquí.

¿En qué clase estás? ¿Cómo te llevas con los peques? Cuéntanos un poco cómo son, qué actividades haces con ellos, cuáles gustan más y cuáles menos…

Como auxiliar, doy apoyo en dos aulas. En el aula de Elena, “The stars”, con niños de 1 año y con Estefi en “The city”, que es de 2 años.

Con los niños me llevo genial. Los primeros días de clase fueron los más difíciles, ya que no me conocían del curso pasado, pero poco a poco me he ido haciendo a todos y ahora ya ¡me llevo genial con ellos!

De entre todas las actividades que llevamos a cabo durante la semana, la que más les gusta es el juego libre. El juego libre es nuestra mejor herramienta para conocer verdaderamente las capacidades de cada niño y niña, pues podemos observar lo que van aprendiendo. Otra actividad que les encanta es la música y ¡a mí también, claro!

Las actividades que menos gustan, sobre todo a los más pequeños, creo que dependen de cada uno. Por ejemplo, los hay que no toleran la pintura de dedos u otros que no aguantan los gomets.

¿Cómo está siendo la adaptación de los niños en este inicio de curso?

Creo que me esperaba una adaptación más caótica. Sin embargo, ha sido bastante cómoda. En el caso de la clase de dos años, The city, ha sido impresionante. A los “veteranos” se les ha nota mucho y los que se han incorporado nuevos han tardado muy poco en adaptarse. Los de un año tardaron un poco más en adaptarse… ¡pero ya estamos genial!

¿Cuáles son tus metas para este año?

Disfrutar y aprender. Es mi primer año trabajando a tiempo completo y aún tengo mucho que aprender. Me gustaría acabar el curso estando preparado para llevar todo lo que implica estar al frente de un aula.

¿Qué destacarías del equipo de ituitu?

Su profesionalidad y el cariño con el que me acogieron desde el primer momento. Si tienen que corregirme para mejorar en algo, lo hacen y si tienen que felicitarme por lo que sea, también. Sin este equipo, el trabajo no sería lo mismo.

A lo largo del año organizamos varias fiestas:  Navidad, Fallas, fin de curso…  ¿Cuál esperas con más ganas?

La verdad es que he tenido la oportunidad de participar en la fiesta de Halloween y el nivel de compromiso y la calidad del resultado ha sido impresionante. Tengo muchas ganas de ver y participar en todas las fiestas, pero sobre todo Navidad.

¿Qué es lo que te atrajo del proyecto de ituitu para decidirte a unirte al equipo?

Espacialmente, el centro me parece una pasada. Cuando entré por primera vez y vi el patio, me quedé asombrado. Tanto el patio como las aulas tienen una distribución por rincones que me parece esencial para la educación. Para mí, la organización y dotación del entorno es uno de los atractivos principales de ituitu.