Poner la mesa es un juego de niños

En esta actividad que hacemos en ituitu trabajamos principalmente la autonomía. ¿Por qué es importante? Porque el desarrollo de la autonomía personal es un objetivo prioritario en la educación de un niño. Un niño autónomo es aquel que es capaz de realizar por sí mismo aquellas tareas y actividades propias de los niños de su edad y de su entorno socio cultural.
Conquistar su autonomía, proporciona a los niños satisfacción y confianza en sí mismos. Además, desarrollan el sentido de pertenencia al grupo (en este caso, a su familia o su grupo escolar) al sentirse útiles y respetados. Normalmente cuando progresan en este aspecto, también lo hacen en su aprendizaje y relación con los demás.
Un niño poco autónomo es un niño dependiente, que requiere ayuda continua, con poca iniciativa, de alguna manera sobre protegido. Así, pueden acabar presentando problemas de aprendizaje, motivación y autoestima.

Materiales que vamos a utilizar:
– cartulina blanca o de color
– rotulador gordo para marcar bien la silueta
– cubiertos, vasos y plato.
– comida para hacer el juego aún más divertido y completo.

Cómo lo hacemos:
Pintamos en la cartulina la silueta de lo que queramos trabajar, en este caso: cubiertos, vaso, plato y servilleta.
Ponemos la cartulina sobre una mesa baja en la que puedan trabajar cómodamente.
Colocamos cubiertos, platos y vasos a su alcance pero con cierta distancia para que sean capaces de trasladarlos ellos solos.
¡Y ya estamos listos para empezar a jugar! Trabajar hábitos puede ser muy divertido para ellos

En esta actividad hemos utilizado utensilios de plástico pero es recomendable utilizar elementos de verdad y hacer la actividad en tiempo real (es decir, a la hora de comer) para que la contribución sea completa y puedan disfrutar del resultado verdadero de su esfuerzo. Probarlo en casa ¡os sorprenderan!

Una riquísima crema de calabaza para el invierno

Después de varios meses dedicados a almuerzos y meriendas saludables, vamos a centrarnos en los primeros platos. Para este mes de enero, os traemos una deliciosa crema de calabaza con un toque muy especial. Es una receta original de Alexandra Stratou que en ituitu nos encanta.

Ingredientes para 6-8 personas:
Aceite de oliva
1 cebolla cortada fina
1 puerro, cortado fino
1 zanahoria, cortada a rodajas
1 kg de calabaza, pelada y cortada en cubos de unos 5 cm
1 patata, pelada y cortada en cubos
1 diente de ajo, pelado y picado
1 hoja de laurel
1 pizca de canela en polvo
Sal

Cubrimos una olla con una película fina de aceite de oliva, a fuego medio. Añadimos la cebolla, el puerro, la zanahoria, el ajo, el laurel, la canela y sal. Tapamos hasta que empiecen a tomar color. Añadimos la calabaza, la patata y 125 ml de agua (medio vaso). Tapamos de nuevo hasta que la calabaza esté muy blandita. Si durante la cocción se empieza a pegar al fondo, añadiremos un poco más de agua y bajaremos el fuego.
Retiramos del fuego, dejamos enfriar un poco, quitamos la hoja de laurel y los pasamos todo por la batidora o robot de cocina. Si se ha quedado muy espesa, podemos añadir un poco más agua.
Esta receta se puede hacer para menos comensales rebajando las cantidades de los ingredientes.

«Me gusta aportar mi granito de arena para que los niños tengan una alimentación sana»

Soy Zahara, tengo 40 años y soy marroquí. Llevo 17 años en España y estoy enamorada de Valencia. Me considero una persona alegre, positiva y cariñosa. Soy madre de una niña de 9 años que es muy deportista, come de todo y le encanta cocinar, como a mí.
Me interesa la cocina desde muy pequeñita. Mi madre me sentaba en el banco de la cocina cuando ella preparaba la comida y yo intentaba ayudarla. A los 7 años empecé a hacer la tortilla francesa y cobta de verdura. Hacía lo más sencillo. Mi madre es muy buena cocinera y en su época se llevó bastantes premios. Espero llegar a ser como ella.

¿Qué experiencia has tenido en el campo de la gastronomía antes de incorporarte a ituitu? 

Mi experiencia empieza a los 18 años. Estuve trabajando de camarera en Marruecos. Luego, mi madre cocinada en bodas y bautizos y yo la acompañaba para ayudarle. A partir de ahí, quise profesionalizar mis conocimientos e hice un curso de cocina y de manipuladora de alimentos.

¿Qué balance haces del tiempo que llevas en la escuela?

Llevo tan sólo dos meses en ituitu. Lo que me atrajo del puesto fue poder cocinar para niños y poder aportar mi granito de arena para que tengan una alimentación sana. Desde que empecé, los días se me pasan volando, lo cual es siempre una buena señal.

¿Qué destacarías del equipo ituitu?

El equipo me ha acogido superbién. Me siento muy apoyada por Amalia, Cris,  Jaime y las profesoras, que son muy colaboradoras. Me gusta mucho que me mantengan informada constantemente de lo que los niños comen mejor o peor. De esta forma, yo puedo ajustar lo que sea necesario y dar el mejor servicio para que crezcan sanos y fuertes. Me encanta ver a los niños cuando salen al patio. Vienen a verme todas las mañanas y yo intento salir siempre de la cocina para saludarles. ¡Es un chute de alegría!

A lo largo del año organizamos varias fiestas: Halloween, Navidad, Fallas, Fin de curso… ¿Cuál esperas con más ganas?

Me gusta Halloween, especialmente por los disfraces de los niños y porque no se celebra en Marruecos.

¿Cuál es tu meta para este próximo año?

Mi meta principal para este año es mejorar cada día, buscando recetas nuevas. Me gustaría hacer algo típico de mi país, como el cuscús. Es sano, natural y ¡me sale riquísimo! Mi hija empezó a comerlo con un año y aún es su plato favorito.

Nutella casera

Este mes queremos seguir ofreciendo ricas y saludables alternativas al azúcar. Para este mes de Diciembre, nos hemos reservado la reina de las recetas. Nutella casera a base de calabaza y cacao. Esta receta es de nuestra amiga Belén, de cupcakesagogo.

Para dos tarros:

300 gr de calabaza asada
150 gr de avellanas tostadas y peladas
4 cucharadas soperas de caco puro en polvo (nosotros usamos el 100% cacao de Valor)
3 cucharas de miel o sirope de ágave
Si asamos la calabaza en casa: partirla por la mitad y meterla en el horno (precalentado) a 180 grados durante un par de horas. Utilizaremos 300gr de la pulpa de esta calabaza asada.
Ponemos todos los ingredientes en nuestro robot de cocina y a triturar durante unos cinco minutos. No es un proceso rápido porque el rastro de la avellana tarda en desaparecer.

¡A untar y a disfrutar de una merienda sanísima y super sabrosa! Un éxito garantizado con los más pequeños.

Plastilina hecha en casa y ¡comestible!

Se pueden hacer mil cosas con la plastilina, desde números, formas, letras, muñecos…de todo!! Es súper divertida para los peques y los no tan peques. Además no tienes que ir a comprarla ¡la tienes en casa!

Solo necesitas:
3 tazas (o partes) de harina
1 taza (o parte) de agua, caliente a poder ser.
1 taza de sal
1 cucharada de aceite de girasol
y colorante alimenticio para darle color a tu plastilina!
Ahora amasar y amasar hasta que no se pegue a los dedos, puedes añadir un poco más harina según veas tú. Los peques nos pueden ayudar a ´pringarse´ las manos con nosotros.


Después de jugar si nos queda algún trozo vivo, lo hemos de guardar en un contenedor o en film transparente donde no le dé el aire porque sino se secaría y no podríamos volver a moldear con ella. Se quedará gustosita y fresquita durante semanas.

Para realizar figuras sólidas sólo hay que darles formas y dejarla secar, por ejemplo la huella de la manita, un recuerdo que podemos tener para siempre, sin tener que comprar los kits que venden de escayola.
Ánimo! es muy divertido hacerlo juntos y siempre podrás presumir de que es ´hand made´!

Amalia o la pasión por la educación que crece como un baobab

Haznos una breve descripción de ti misma y de cómo nace tu interés por la educación infantil.

Me llamo Amalia, tengo 36 años y soy Maestra de Educación Infantil. También soy madre de dos hijos fantásticos, una niña de 9 y un nene de 7 años.
Me considero una persona cercana, cariñosa, activa, soñadora, creativa y pasional.
El interés por la educación infantil no es más que aquello que durante toda la vida te acompaña. Desde que tengo uso de razón, he sentido debilidad por los más pequeños. Esos pequeños que no saben nada y que contigo aprenden a hacerlo todo. Los considero mágicos ya que su mera presencia es capaz de llenarme interiormente. Son divertidos, auténticos, fantasiosos, creativos, soñadores, asombrosos… Me gusta agacharme a su altura y escucharlos. Ellos son capaces de ver los detalles de lo cotidiano. Su sentido del asombro ante cualquier cosa es admirable y sorprendente. La infancia es uno de los momentos de la vida más felices y considero que más importantes porque se forja la base de la persona. Creo que es increíble poder acompañarlos justo en ese preciso momento. Y de ahí, surge mi pasión por la educación en la primera infancia.

¿Qué experiencia has tenido en el campo de la educación antes de incorporarte a ituitu?

Mi experiencia empieza muy pronto. A los 16 años ya era monitora del grupo Junior de mi pueblo. A los 18 años comencé a estudiar técnico en educación infantil. Hice 6 meses de prácticas en el Centro de Educación Infantil Solc, el primer sitio donde confiaron en mí. Trabajé allí durante ocho años, como auxiliar, técnico y coordinadora pedagógica. Allí descubrí la verdadera pasión por mi trabajo.
Por eso hice después la carrera de magisterio infantil y trabaje tres años en el Centro de Educación Infantil 2 Hands and feet como maestra. En la última etapa de mi carrera lideré la creación del Centro de educación Infantil Baobab en L’Eliana. Elegí el nombre por la cita de El principito “antes de crecer, los baobab comienzan siendo pequeños” Desde allí llego a ituitu como Directora de la escuela y donde estoy segura de seguir creciendo profesionalmente.

¿Qué balance haces del tiempo que llevas en la escuela?

Llevo tan solo tres semanas en la escuela. Creo que como nuestros alumnos a principio de curso, estoy en pleno periodo de adaptación. Este periodo es muy importante, y un tema de gran interés para mí. Espero escribiros pronto más ampliamente sobre él.
Por el momento, puedo decir que cada día conozco mejor a cada niño, lo que me ayuda a sentirme más cercana con las familias. Creo en el gran equipo que forma la escuela porque cuanto más conozco y observo a mis compañeras, más me demuestran que trabajan para ofrecer una educación diferente, cercana, creativa y experiencial. Vamos a trabajar muy bien juntas.
Solo puedo que agradecer a Cristina y Jaime la confianza y la oportunidad de formar parte del equipo. A mis compañeras, el acogerme junto a ellas, y hacerme partícipe de su día a día. Y a las familias, la cercanía, la paciencia, y la amabilidad que me están ofreciendo. Creo que en ituitu hay todo un mundo de posibilidades.

¿Cuáles son tus metas para este año?

Poder aportar a la vez que poder aprender. Crecer juntos, aprender de los niños, de las compañeras, de la experiencia. Poder poner en práctica mis 17 años en la profesión y así poner mi semilla en el proyecto, en el cambio pedagógico que creo que necesita la educación, otro gran tema de debate.

¿Qué destacarías del equipo ituitu?

Partiré de la ilusión de Cristina y Jaime, a la hora de decidir crear una escuela de infantil. Y sentir pasión por la educación, pudiendo llevar a cabo el proyecto, dándonos la posibilidad al equipo de participar, aprender y caminar, hacia la ejecución de una pedagogía firme, activa, experimental y enriquecedora para todos.
He de decir que observo en el trabajo del equipo que se aunan las diferentes aptitudes de cada una de las compañeras, se potencian los esfuerzos, se suma la experiencia de las veteranas con la energía de las nuevas generaciones y todo se pone a merced de un proyecto novedoso. Así surge un trabajo de calidad. Creo que todas tienen algo muy especial para estar en el puesto que desempeñan. Y creo que todas tenemos algo en común: ¡nos encanta nuestro trabajo!

A lo largo del año organizamos varias fiestas: Halloween, Navidad, Fallas, Fin de curso… ¿Cuál esperas con más ganas?

Todas las festividades tienen su atractivo, ya que todas son motivo de celebración. Personalmente, creo que el festival de fin de curso es el más emotivo. Después de todo un año trabajando, ese trabajo se ve reflejado en la puesta en escena del último festival. La emoción de crear algo grande para que los niños disfruten, a la vez que aprenden desarrollando la parte artística y la dramatización.
Siempre me ha gustado crear festivales de fin de curso, aprovechando y utilizado conceptos trabajados durante el curso. Además tenemos los sentimientos a flor de piel ya que es la despedida de nuestros más mayores que se van al colegio y nuestra labor con ellos termina aquí.

¿Qué te atrajo del proyecto de ituitu para decidirte a unirte al equipo?

Yo creo que esta pregunta esta recogida en todas las anteriores.
Desde el feeling con Cristina desde el primer minuto, creo que podríamos estar horas hablando de educación, compartiendo visiones desde diferentes posturas pedagógicas o creando el proyecto perfecto.
Ver el equipo que forman, el compañerismo, la confianza, la organización, los roles asumidos… Es un placer poder trabajar con ellas.
Y por último el reto de poder formar parte de la familia ituitu, siendo participe en la educación de todos los niños y familias de la escuela. Hay que recordar que: “Antes de crecer, los baobab empiezan siendo pequeños”.

Un arcoiris sensorial hecho de espaguetis

La estimulación sensorial tiene como objetivo activar los sentidos y favorecer la entrada de información al cerebro, estimulando las áreas cerebrales que le permiten recibir información, y que a su vez disparan los dispositivos cerebrales, que activan otras áreas cerebrales para que la información se analice, elabore y se inicien circuitos de aprendizajes generales y específicos
Con la llegada del Otoño esta actividad es perfecta para lograr distintos objetivos:
-Experimentar a través del tacto la textura de los espaguetis.
-Observar los diferentes colores y relacionarlo con los colores de las hojas de otoño
-Disfrutar con su manipulación y sus posibles creaciones.

Teñir pasta es un proceso muy sencillo que os explico a continuación. Hemos elegido espaguetis para crear nuestro arcoiris otoñal. Para ello lo que necesitaremos es lo siguiente:
– Pasta de spaguettis previamente cocida (que no quede muy blanda, solo debe hervirse lo justo para que se reblandezca)
– Bolsas de plástico con cierre hermético. El tamaño de las bolsas depende de la cantidad y el tamaño de la pasta que vayas a teñir.
– Colorantes vegetales para alimentos, los puedes encontrar en el supermercado. Es importante tener varios colores. Mientras más tengamos, más posibilidades de colores distintos tendremos ya que podremos mezclarlos entre si.
Esta actividad trabaja contenidos diversos como los colores, la psicomotricidad fina (al experimentar con sus manitas y manipular los espaguetis), conceptos matemáticos como largo y corto (algunos espaguetis al romperse quedarán más cortos que otros y podemos compararlos), seriaciones (hacer pequeñas series con espaguetis de diversos colores), trabajar los sentidos y las sensaciones que nos provocan (el tacto húmedo, frío, etc), la creatividad,etc.
Nosotros presentamos a los niños los espaguetis y dejamos que manipulen libremente. Lo acompañamos con la canción del otoño (otoño llegó marrón y amarillo,otoño llegó y hojas secas nos dejó)

 

Almuerzos y meriendas saludables para este otoño

Aunque es bastante común no prestarle demasiada atención a las meriendas y los almuerzos nosotros creemos que es fundamental hacerlo porque ayudan a mantener el nivel de energía necesario para rendir todo el día, porque ayudan a evitar el picoteo o grandes raciones en las comidas y cenas y porque con un buen repertorio, podemos evitar que estén cargadas de azúcar, cosa que es bastante habitual.
1. Sandwiches de manzana y crema de cacahuete:
Este es un almuerzo fantástico que proporciona al cerebro la grasa y proteína que necesita. Además, es una manera muy original de tomar fruta. Es bien sencillo de preparar:

Ingredientes:
Una manzana fuji
Crema de cacahuete
Elaboración:
Pelamos la manzana y la rebanamos en rodajas de no más de medio centímetro. Le quitamos el corazón, con lo que queda un circulito en el centro. Untamos una parte con crema de cacahuete y ponemos otra rodaja encima. ¡Ya está listo! Envolviéndolo en papel de aluminio, aguanta bien para el almuerzo del cole.
Para hacer un tarro de crema de cacahuete:
Pre-calienta el horno a 180C, pon 400 gr de cacahuetes naturales, pelados, en la bandeja y déjalos hasta que se empiecen a dorar (unos 10 minutos). Si quieres comprarlos ya tostados, asegúrate de que son sin sal.
Ponlos es tu robot de cocina y tritura hasta que se conviertan en la crema que todos conocemos. Puedes elegir la textura que más te guste, fina y cremosa o con tropezones para darle un toque crijiente.
Si prefieres saltarte este paso y comprar la crema de cacahuete ya hecha, fijaos bien en los ingredientes y que no lleve nada más que los cacahuetes y como mucho, una pizca de sal. En las herboristerías, las hay sin conservantes ni grasas hidrogenadas.
Ambas opciones se conservan durante mucho tiempo en la nevera.


2. Tostada con crema de cacahuete y plátano:
Ingredientes:
Tu pan favorito. El nuestro, pan de espelta o multicereal
Crema de cacahuete
Medio plátano
Elaboración:
Untamos una tostada con la crema de cacahuete y cubrimos con rodajas de plátano. ¡Genial antes o después de hacer deporte! Para que sea más fácil de llevar al cole, hacerlo en sándwich o bocadillo.
Recordad que el pan de molde de los supermercados suele tener mucha azúcar y, en algunos casos, aceite de palma.

3. Tostada de ricota, arándanos y miel:
Ingredientes:
Tu pan favorito. El nuestro, pan de espelta o multicereal
Queso de ricota
Un puñadito de arándanos
Una cucharada de café de miel
Elaboración:
Untamos abundantemente una tostada con la ricota (para que quede una capa gruesa) y añadimos unos arándanos por encima. Endulzamos con un poquito de miel. ¡A disfrutar!

«Siempre supe que quería dedicar mi vida a la educación de los niños»

Haznos una breve descripción de ti misma y de cómo nace tu interés por la educación infantil.

Soy Estefanía, nací en Argentina, pero llevo 15 años viviendo fuera de ella, de los cuales 4 estuve en Londres, tengo 30 años y soy Trabajadora Social y Maestra de Educación Infantil. Desde que tenía cuatro años tenía claro que quería ser Maestra de Educación Infantil. Siempre supe que quería dedicarme a los más pequeños, siempre tuve una conexión especial con ellos, me gustaba observarles, conocerles, aprender de ellos; así es que aquí estoy, trabajando y aprendiendo de y con ellos.
Actualmente estoy haciendo un máster en pedagogía Montessori que me está encantando, y tengo la suerte de poder llevar a la práctica en la escuela la filosofía del método.

¿Qué experiencia has tenido en el campo de la educación antes de incorporarte a ituitu?

Durante mi estancia en Londres tuve la oportunidad de trabajar en una escuela infantil, necesitaban personas que hablaran diferentes lenguas ya que la mayoría de las familias de esa zona son bilingües o trilingües.
Cuando volví de Londres estuve trabajando en una academia de inglés que tiene una metodología particular, al igual que ituitu, donde se enseña de manera experiencial, con objetos, con movimiento con música.

¿Qué balance haces del tiempo que llevas en la escuela?

¡Me encanta!, Tener la posibilidad de trabajar con una programación pero con flexibilidad de adaptarla a los niños, es una liberación muy importante para las educadoras, nos permite conocer a nuestros niños y adaptar las actividades a sus ritmos, a sus intereses, a sus gustos.

¿En qué clase estás? ¿Cómo te llevas con los peques? Cuéntanos un poco cómo son, qué actividades haces con ellos, cuáles les gustan más y cuáles menos…

Yo estoy en clase con niños de 1 a 2 años. Respecto a las actividades de momento no estamos haciendo muchas cosas intencionadas ni programadas, me gusta dedicarme un tiempo a observarles, a conocerles, a ver cuáles son sus inclinaciones, sus gustos, veo que a uno le gustan mucho los libros, a otra le encanta sentarse en las sillas pequeñas de clase con algunos objetos en las manos y observa al resto de sus compañeros, otro le encanta moverse por la clase jugando con diferentes materiales de la misma, otras y otros son más tranquilas y tranquilos y prefieren observar cuales son las rutinas de la escuela, de la clase, para sentirse seguras y seguros. El momento del patio les gusta, les refresca, pueden moverse libremente y tienen mucho más espacio, además contamos con un montón de cositas para que jueguen y disfruten de su rato de descanso.
En lo que sí coinciden todos es que les encanta la música, para cada momento me gusta poner diferentes estilos, algunas para bailar, otras para relajarnos, para trabajar vocabulario, etc.

¿Cómo está siendo la adaptación de los niños en este inicio de curso?

Considero que he tenido mucha suerte, me lo han puesto muy fácil, y se han adaptado muy bien, algunos casos en particular que les ha llevado un poco más de tiempo, pero como comenté, me gusta observarles y ver cómo puedo hacer para contentarles y acompañarles de la mejor manera posible y de la manera que se adapta a ellos. A algunos les gusta que les cojan y les contengan, otros prefieren estar solitos y cerca de la puerta, otros necesitan entretenimiento, canciones, música, libros. Pero como ya he comentado ha sido un grupo muy bueno y los papás han colaborado mucho también en que la adaptación sea rápida, saludándoles con una sonrisa y demostrándoles confianza y seguridad por la escuela.

¿Cuáles son tus metas para este año?

Aprender, me encanta seguir aprendiendo siempre, de cada niño, de cada actividad, de cada momento. Además aprendo también mucho de las compañeras, hay un equipo muy bueno y polivalente y siempre están accesibles para nuestras dudas. Y como siempre conseguir progresos con los niños, ver cómo avanzan, cómo aprenden, cómo superan sus miedos y como superan las dificultades que se les presentan.

¿Qué destacarías del equipo de ituitu?

Hay muchísima calidad, muchísima experiencia, nos han recibido con los brazos abiertos, siempre es complicado empezar en un sitio nuevo, hasta que te acostumbras a los tiempos, a las rutinas de cada sitio, a las formas de hacer, siempre hay nervios e intriga, pero todas las compañeras hacen que todo eso sea más fácil. Tienen mucha experiencia y les encanta lo que hacen y se nota, sólo con verlas se aprenden muchas cosas. Además de esto se trabaja en coordinación siempre y prepararemos actividades que se puedan realizar en un gran grupo, y en grupos más pequeños. La verdad es que me considero muy afortunada, ¡son las mejores!

A lo largo del año organizamos varias fiestas: Halloween, Navidad, Fallas, fin de curso… ¿Cuál esperas con más ganas?

La que más me gusta es la Navidad, es una época en la que los niños tienen mucha ilusión, es muy mágica, llena de alegría y de momentos en familia. Seguro que este año será genial.

¿Qué es lo que te atrajo del proyecto de ituitu para decidirte a unirte al equipo?

Lo primero que me atrajo fue el espacio, me parece muy luminoso, muy bien repartido y con mucho encanto. Además la posibilidad de trabajar de una manera diferente, con las inteligencias múltiples, siguiendo el ritmo de cada niño y sus intereses es muy importante para mi. No me gusta trabajar con fichas todo el tiempo, ni imponer en los niños las cosas que yo programo, me gusta ir probando y poder modificar las actividades si los niños no muestran interés o no se adapta a ellos como se esperaba.

Septiembre ¡superado y con nota!

Superado septiembre, vuelve a reinar la alegría y la calma en nuestras aulas.
El comienzo de curso es siempre un periodo de incertidumbre. No sabemos cómo reaccionará cada niño antes los cambios y la separación de los padres y esto causa preocupación entre los mayores. Cuando esa incertidumbre da paso a la certeza de que hoy también se ha quedado llorando, la preocupación se transforma en dolor. Somos muy conscientes de que el conocido “periodo de adaptación” puede ser duro para todos, grandes y pequeños. Por eso es importante tener presente que la clave está en ofrecerles seguridad. La seguridad les genera confianza y la confianza les permite disfrutar de su día.
La seguridad la transmitimos todos. En casa debe hablarse con naturalidad del “cole”, sin excusar nuestra ausencia, pena ni sentimiento de culpabilidad. La llegada puntual y las despedidas breves han ayudado muchísimo a que la entrada sea tranquila. ¡Mil gracias, familias!

Desde la escuela, la seguridad se consigue afianzando hábitos y rutinas y con mucho, mucho mimo. Por eso, a los largo de estas semanas hemos ido introduciéndolos poco a poco. Ya todos hemos empezado con nuestras asambleas matutinas – es un logro que todos se sienten en la alfombra y participen contentos en el proceso, bien sea la canción de buenos días o ver quién ha venido hoy.

 También nos sentamos para almorzar y merendar juntos y dormimos una buena siesta del tirón. Los más mayores ya tienen controlados los momentos de higiene y aseo y participan todos en las actividades de grupo. Todo ocurre del mismo modo cada día, con los mismos tiempos, en los mismos espacios y las mismas profes, que les regalan su cariño y su atención a diario.

Cada septiembre hay niños que encuentran su mayor confort en el patio, un espacio abierto donde pueden explorar a sus anchas. Otros, prefieren la seguridad que les ofrece el espacio más reducido de sus aulas. Así, equilibramos los tiempos para que todos tengan su mejor momento. Unos necesitan subir y bajar, a otros les atrae todo lo que involucre el esfuerzo de la mano – meter, sacar, abrir y cerrar.

Este es un mes que requiere mucha observación por nuestra parte. Como resultado, ya podéis ver algunos cambios en las aulas, con nuevos materiales que se van ajustando a sus necesidades, ahora que los vamos conociendo mejor. Incluso, en algunas ocasiones, ¡hasta los han fabricado ellos mismos! Lo que todos parecen tener en común es el amor por la música. Ritmos distintos para ocasiones distintas que asociamos a actividades concretas – como la famosa canción de “a guardar, a guardar” – y les ayudan a anticipar lo que viene ahora.
Poco a poco y todos juntos estamos convencidas de que lograremos un año más hacer de ituitu un lugar fantástico, del que los niños no se quieran ir cuando vienen a por ellos. ¡Y lo estamos consiguiendo! Ya hay algunos que se marchan a regañadientes… y no hay mejor testimonio que un niño que quiere quedarse un poquito más.