¿Qué es la neuroeducación y cómo se aplica en la escuela?

Vivimos en un entorno en continua transformación y en ituitu sabemos que los centros de educación tenemos el deber de seguir evolucionando. Más allá de nuestra filosofía de mejora continua, que nos ha definido desde los inicios, es imprescindible seguir siendo relevantes. Para nosotros, eso significa ser referentes en calidad educativa y aplicar los conocimientos más adelantados.

De ahí nace nuestro interés por la neurociencia, una disciplina que estudia el cerebro, su plasticidad, procesos y funcionamiento. Enfocado a la educación, nos ayuda a determinar los periodos sensibles del desarrollo y las mejores condiciones para el aprendizaje. Así, la neuroeducación nos enfoca a mejorar las estrategias del desarrollo educativo y los procesos de enseñanza. Es con este objetivo que nos hemos embarcado en un proyecto fascinante, de la mano de La Biblioteca de Alejandría, expertos en neuroeducación y referentes en Valencia, con una amplia experiencia en la implantación práctica de protocolos y contenidos en centros educativos.

Con su ayuda, hemos hecho un análisis detallado de nuestros espacios, recursos, rutinas y prácticas, desde la perspectiva de la neuroeducación. Esto se traduce en ajustes, cambios o novedades, a menudo casi imperceptibles para las familias y que consideramos importante que conozcáis. Lo haremos en una sesión presencial en noviembre. No obstante, aquí os dejamos algunos ejemplos.

En lo que a espacios se refiere, las aulas de 2 años son menos diáfanas que antes, para que los niños aprendan a moverse con precisión; y hemos bajado algunos techos con lámparas y plantas para hacerlos más acogedores.

¿Habéis notado que no hay animales de juguete en las aulas? Esto es porque debe haber una relación directa entre el descubrimiento en el mundo real para luego trasladarlo a objetos 3D e imágenes. Un elefante no significa nada para un niño, si no lo ha visto antes. Por eso, hemos ajustado los materiales que hay en las aulas a la planificación anual de los centros de interés. Es decir, que los animales salvajes se introducirán después de que vayamos al Bioparc; los de la granja, cuando vengan a la escuela; y los marinos, en 2 años, cuando vayamos al Oceanográfico.

Siguiendo estos principios, hemos seleccionado con mimo los materiales de las aulas para facilitar el periodo de adaptación. Aunque unas gafas de sol en una bandeja, pueda parecer un sin sentido, ¿qué niño no ha jugado con las gafas de sus familiares este verano? También en todas las aulas hay una bandeja con arena, conchas y piedras y otra con algunos medios de transporte conocidos. Todo ello con la finalidad de facilitar la transición de las vacaciones de verano al cole.

En rutinas, hemos unificado el saludo y la despedida tanto en castellano como en inglés. Es decir, que todos los días damos los buenos días y el adiós con exactamente las mismas palabras. Esto no sólo permite un mejor desarrollo del lenguaje, sino que además proporciona mayor seguridad y confianza. También les proporciona más confianza para ir identificando su grupo.

 A ello van a contribuir también pequeños detalles como tener sus fotos en la pared o favorecer el contacto físico durante la Asamblea: por ejemplo, que se den las manos durante una canción, o simplemente que estén sentados juntos, hombro con hombro.

A las fotos de ellos y sus compañeros, hemos añadido imágenes de las distintas partes del patio, lo que les ayuda a identificar espacios y a ir sintiéndose seguros en su nuevo entorno.

Una lista larga de detalles y ajustes que no dejan nada al azar, en un esfuerzo por proporcionar las mejores condiciones para que el proceso de aprendizaje sea significativo, motivador y respetuoso con cada uno, sin prisas ni expectativas.

Lejos de ser un recetario, este es un proyecto a medio plazo de transformación paulatina, que seguiremos trabajando a lo largo del curso, reflejando y acompañando el proceso evolutivo de nuestros niños y niñas.