¡Arriba el telón!

Estrenamos nueva sección en nuestro blog: planes ituitu. Cada dos meses, revisaremos la agenda cultural de la ciudad y alrededores para proponeros planes interesantes para hacer con niños.

Para empezar, un clásico: el teatro infantil de La Beneficencia, probablemente uno de los eventos para niños más veteranos de los que se celebran en la ciudad. Todos los domingos en el patio del Centro Cultural La Beneficencia (calle Corona 36, junto al IVAM), se representan una obra de teatro para niños de entre 2 a 8 años. La entrada es gratuita y hay dos funciones, la primera a las 11 y la segunda a las 12:45. Normalmente, la primera es en valenciano y la segunda en castellano, aunque puede variar según la obra. Los espectáculos son muy variados: marionetas, circo, magia, cuentacuentos… pero todos tienen en común que se nota que están hechos con mucho cariño y pensando en los más pequeños.

Cada semana se representa una obra distinta. Podéis consultar la programación aquí. Y aquí tenéis toda la info sobre cómo conseguir las entradas, que pueden reservarse online o recogerse en la entrada del centro desde una hora antes del inicio del espectáculo. Os aconsejamos reservar, porque el aforo es limitado y en ocasiones (especialmente en la función de las 12:45) se llena.

Se puede aprovechar la visita para participar en alguno de los talleres didácticos que organiza el museo (normalmente para niños a partir de 3 ó 4 años), echar un vistazo a los volúmenes de la Biblioteca de Prehistoria, que periódicamente también organiza actividades para los más pequeños, o simplemente para que los niños correteen por su patio, uno de los más bonitos de la ciudad.

Esperemos que disfrutéis de la visita y no olvidéis contarnos en los comentarios cómo lo habéis pasado.

 

Rosquilletas de garbanzos

Este mes seguimos con snacks pero esta vez, algo salado. Las rosquilletas de garbanzos son perfectas para los celíacos, nos ayudan a que los niños coman legumbres y son geniales para hacerlas con ellos.
Ingredientes:
-150 gramos de harina de garbanzos
-30 gramos de semillas de sésamo
-40 gramos  aceite de oliva virgen
-90 gramos de agua
-4 gramos de levadura en polvo (de repostería)
– una pizca de sal
Método:
Precalienta el horno.
Mézclalo todo formando una masa homogénea.
Partiendo de bolitas, dale la forma alargada que quieras.
Hornea 15minutos a 180 grados.
¡Y a comer!

Pequeños grandes mundos

Los niños aprenden jugando y los  Mini Mundos o Cajas sensoriales permiten al niño dar forma y poner imagen a escenarios y contextos que tiene en su mente. Es una forma de hacer tangible aquello que pasa por su mente, lo que le interesa, lo que su mente crea. Así, el niño puede crear todo tipo de Mini Mundos; Playas, Selva, Desierto, Egipto…
El proceso de aprendizaje en el niño va de lo concreto a lo abstracto. Por eso, darle la posibilidad de hacer tangible y manipular un escenario es realmente enriquecedor. Cuando al niño ha jugado, manipulado y repetido las suficientes veces su mente abstrae y va llegando a conclusiones. Se van produciendo explosiones de conocimiento. Por eso la repetición espontánea en la niñez tiene una importancia fundamental.
Los Mini-Mundos son una variedad de juego simbólico no estructurado. Es una actividad de fin abierto, puede aunar casi todos los tipos de juego (de construcción, de exploración o científico, social, fantástico, simbólico, con reglas…) y nunca será igual que la vez anterior.

Con ellas se desarrollan muchas habilidades que se desarrollan como:

  • Imaginación
  • Creatividad
  • Vocabulario y habilidades de comunicación: desde los primeros sonidos de animales o coches hasta conversaciones completas que se adecuan a la voz y psicología de cada personaje
  • Motricidad fina: bien proponiendo nosotros actividades como trasvases o bien dejando que surjan libremente.
  • Inteligencia sensorial: trabajando con variedad de estímulos y materiales y aprendiendo a manipularlos.
  • Persistencia: por conseguir recrear en el juego lo que tiene en su mente
  • Inteligencia emocional: al gestionar las vidas e historias de los habitantes y al re-vivir sus propias experiencias a través de ellos.
  • Inteligencia social: cuando hay varios niños construyéndolos y tienen que discutir, argumentar o llegar a acuerdos sobre cómo van a jugar.
  • Independencia en el juego: aprenden a inventarse sus propios universos de principio a fin, a crear sus propios recursos y a encontrar todo lo que necesiten para llevarlos a cabo.
  • Solución de problemas: resolver los conflictos que van surgiendo del juego también les hace aprender
  • Experimentación científica: al intentar construir algo que se imaginan pero las leyes de la física no se lo permiten. Al estar expuestos a la causa-efecto.
En nuestro caso, hemos recreado Cajas sensoriales ambientadas en el Otoño, para ello necesitamos:
– un contenedor: valen cajas de cualquier tipo aunque las que dan mejor resultado suelen ser las cubetas de plástico.
-Cereales: corn flakes, fibra y avena
-Frutas: naranjas y manzanas
-Utensilios: jarras pequeñas de metal, cucharones de madera y platos de madera
– Otros: lentejas, palitos de canela, hojas secas, frutos secos y cualquier otra cosa que le pueda gustar como un playmobil o un coche.
Dependiendo de la edad de los niños, el mini mundo lo puede hacer el adulto y poner a disposición del niño o bien puede ser una creación conjunta, fomentando la conversación sobre el otoño.
Hay muchas cosas que se pueden hacer con los mini mundos. Nosotros os recomendamos que lo tengáis durante un par de semanas, por lo menos. Si El Niño se cansa y no le hace caso, retiradlo y volverlo a sacar con nuevos materiales, unos días después.
También es precioso hacer una caja de cada estación y verlas todas juntas a lo largo de un año.
Los mini mundos son toda una fuente de inspiración. Dejaos llevar… ¡y a disfrutar!