Este invierno los muñecos de nieve son de papel

Aprovechando estos días de frío, aquí os dejamos una actividad muy “invernal” y que contribuye a un desarrollo de las inteligencias múltiples de una manera global.

Es una actividad que requiere de diferentes pasos y se puede realizar en períodos cortos de tiempo a lo largo de una misma jornada.

Objetivos de la actividad:

1. Rasgar: Trabajar la motricidad tanto gruesa como fina, la coordinación oculo-manual y la coordinación de las dos manos, trabajar la pinza (pulgar e índice), conceptos grande y pequeño (de los trozos de papeles), desarrollar el oído al escuchar en silencio qué sonido produce el papel al romperse y también qué sonido produce al moverse.

Además de esto, el rasgado puede ser una buena actividad para soltar energía. A los niños les encanta romper cosas y experimentar cómo de un objeto pueden salir dos o más.

2. Arrugar el papel: Esta parte de la actividad también fomenta la motricidad fina, la coordinación del ojo y la mano, de las dos manos, la fuerza y la presión y también desarrolla la capacidad de observar cómo un mismo elemento cambia de forma dependiendo de qué hagamos con él.

3. Pegar los papeles: En esta última fase de la actividad trabajamos la presión y la precisión espacial. Además, podemos trabajar el equilibrio, si ponemos el barreño con los papeles a una distancia considerable del dibujo e invitamos a los niños a que tengan que ir al barreño a coger papeles o bolitas de papeles y llevarlos hasta el dibujo para pegarlos. Es una actividad muy sencilla pero que fomenta y trabaja la concentración de los más pequeños.

 

4. Lenguaje: Podemos trabajar los conceptos de dentro y fuera, así como los diferentes colores de los papeles que tengamos.

Materiales:

Papel de forro o papel continuo
Rotuladores para hacer el dibujo
Papel de seda de distintos colores
Pegamento
Un cesto para los papeles rasgados

Pasos para realizar la actividad:
1. Hacemos nuestro dibujo en el papel de forro y le ponemos pegamento en toda la superficie que vayamos a rellanar después. Es recomendable que sea de un tamaño mediano a grande. Se puede hacer en A4 pero hay que tener en cuenta que cuanto menor sea la superficie del dibujo, mayor será la complejidad para los niños.

2. Lo colocamos en una ventana con precinto/celo, de modo que la parte con pegamento nos quede de frente.

3. Preparamos el papel seda de colores para que los niños rasguen con sus manos.

4. Una vez rasgados los papeles, podemos hacer de alguno de ellos bolas compactas, otros simplemente arrugados y otros sin arrugar y los iremos colocando en un cesto.

5. Una vez tengamos los papeles preparados, invitaremos a los niños a colocar sobre el dibujo los papeles que han rasgado.

6. Al terminar, conversamos con los niños sobre su trabajo. Lo que ven, lo que les gusta, lo que no.

Esta es una actividad muy completa que puede proporcionar mucha información sobre cada niño. Nos permite observar hacia qué se inclina más, si le produce curiosidad o por el contrario le desagrada el ruido que hace el papel al rasgarse, o la textura del pegamento en el plástico, qué mano utiliza más, la fuerza que ejerce en el arrugado, la precisión espacial en el pegado, si es capaz de esperar o no, etc. Por supuesto, el dibujo puede adaptarse a cualquier estación del año o a cualquier motivo que pueda tener sentido en un momento dado.