Bolitas rellenas ¡de energía!

Comenzamos el curso con una nueva sección en nuestro blog de cocina saludable. Todos sabéis de nuestra preocupación por la alimentación, especialmente la de los más pequeños de la casa. Estamos convencidos de que los cimientos para alimentarse de forma saludable a lo largo de toda una vida se asientan ahora. Por eso, en ituitu todo se elabora en nuestra cocina y no consumimos productos procesados.
Para empezar a desarrollar hábitos saludables, centramos nuestra atención en el consumo de frutas y verduras y los almuerzos y meriendas, que pueden ser riquísimos, sin necesidad de tomar azúcar. Por esto, hemos querido estrenar sección con la receta de estas fantásticas “bolitas de energía”, ideales para el almuerzo del cole.

  • Bolitas de energía
    Ingredientes (para unas 10-12 bolas):
    140 gr de dátiles deshuesados (ojo, leed las etiquetas del paquete porque algunos llevan aceite vegetal  glucosa)
    120 gr de avellanas
    100 gr de nueces
    15 gr de cacao puro en polvo (nosotros usamos Valor)
    Unas gotitas de vainilla
    Elaboración:
  • Pon todo junto en tu robot de cocina y tritura hasta dejar una mezcla fina.
  • Haz bolitas compactas y guarda en la nevera.
  • Deja enfriar y saca unos minutos antes.

 

Variaciones:
Para los paladares más dulces, se puede añadir un chorrito de sirope de ágave o similar. También se pueden pasar por ralladura de coco. Puedes añadir a lagunas mas avellanas y nueces y otras con más cacao para conseguir diferentes sabores y matices.

¡Que las disfrutéis!¡Están buenísimas!

¡Mil y un usos para los churros de agua!

Si hay algo que vemos en playas, piscinas y en muchas casas en verano, son los churros de agua cuya función principal es servir de apoyo en el agua para flotar.

No obstante, nosotros sabemos que se pueden hacer muchas más cosas divertidas con ellos. Al fin y al cabo, es un material colorido, barato y fácil de encontrar, ideal para un montón de actividades que podéis hacer con vuestros hijos estas vacaciones. Aquí os dejamos las tres que hemos realizado nosotros recientemente.

  1. ¡Juguemos al béisbol!

Largos ratos de diversión mientras desarrollan la coordinación ojo-mano. Cortamos los churros para ajustar el bate al tamaño de los niños y un globo sirve de pelota. ¡Más fácil imposible!

  1. ¡Todos a bordo!

Este verano no hace falta que los barcos sean de papel. Cortamos los churros en “rebanadas” de unos tres centímetros. Con pajitas, palillos o brochetas, clavamos el mástil y con goma eva o cartulinas, hacemos unas bonitas velas.

Con una cubeta y unas gotitas de colorante alimenticio, tenemos un maravilloso mar azul. ¡Feliz crucero!

  1. Pompas de jabón:

¿Hay algo que más les guste a los niños que las pompas de jabón? A las mismas rebanadas que nos sirvieron para los barcos, les cortamos unos triángulos para que nuestro pompero tenga forma de flor.

Para que el palo no se caiga o se rompa, os recomendamos utilizar brochetas anchas que son como finas cañas de bambú. Insertar bien aplicando presión.

El jabón se puede hacer en casa o utilizar jabón de un bote de pompas. Verter en un cuenco donde quepan bien los pomperos y… ¡ya estamos listos para soplar!

CONSEJOS PARA EL ADULTO

Con el fin de sacarle el máximo partido a las actividades, debemos involucrar a los niños en la fabricación de los objetos, en lugar de ofrecerles el producto final. Cuando se implica al niño en un proceso de elaboración así, debemos recordar que será más lento y que a lo mejor, el resultado no es exactamente lo que teníamos en mente, pero al fin y al cabo eso es lo de menos.

Recordad que, como siempre, cuando llega la hora de recoger, hemos de hacerlo entre todos.

¡Esperamos que lo disfrutéis tanto como lo hicimos nosotros!

Claves para una adecuada alimentación infantil en la escuela

Este mes hemos sabido que Sanidad prohibirá la venta de refrescos con azúcar en los colegios. Una medida que aplaudimos ya que con más del 18% de los menores valencianos con sobrepeso, la obesidad infantil es ya un problema de salud pública.

En realidad, somos familias y educadores quienes más responsabilidad y mayor impacto tenemos sobre los hábitos de los niños. En el caso de la alimentación,  inculcar hábitos saludables es la mejor forma de prevenir problemas futuros.
En ituitu siempre nos hemos tomado muy en serio esta responsabilidad. Para nosotros, una buena alimentación se inculca desde los primeros meses de vida. Para ello, son tres los aspectos clave a tener en cuenta:

1. Los alimentos: ¿qué comen los niños?

En líneas generales, todos sabemos cuáles son los alimentos saludables y cuáles no. Aun así, ya sea por las prisas, por la falsa apariencia de lo que nos venden o por la siempre persuasiva insistencia de nuestros hijos, a muchas familias les resulta difícil preparar los menús más saludables. Estas son las cinco reglas de oro que seguimos en ituitu:
*Nada de platos precocinados ni alimentos procesados (¡sí, las hamburguesas también las hace Maribel!)
*Nada de bricks, excepto la leche. Ni zumos, ni caldos, ni salsas.
*Mucho ojo con el azúcar. Tomamos yogures un par de veces por semana y el bizcocho de Maribel sí lleva.
*Cuidado con los fritos: en nuestro comedor, no más de una vez por semana.
*Dos piezas de fruta y verduras todos los días. Así, entre casa y la escuela, se puede llegar a las 5 raciones recomendadas.

2. Los hábitos: ¿cómo comen los niños?

Para desarrollar el gusto por comer no sólo basta con que la comida esté muy rica. El entorno debe acompañar. Y para que siente bien, hacen falta condiciones como comer sin prisas. En ituitu, lo hacemos así:
Siempre almorzamos, comemos y merendamos a la misma hora. Así los niños aprenden a autorregularse. Esto es clave para evitar el picoteo entre horas más adelante.
Del mismo modo, siempre almorzamos, comemos y merendamos en el mismo sitio. Les da seguridad y confianza.
Promovemos la autonomía desde que son capaces de coger una cuchara. Cuando se sienten útiles, están más contentos, más calmados y comen mejor. Aquí os contábamos cómo lo hacen nuestros niños de 2-3 años.

3. La sostenibilidad: ¿qué normas y límites tienen respecto a su alimentación?, ¿cuáles son sus referentes? 

Es muy normal ver a familiares negociando con los niños, especialmente cuando se trata de dulces y verduras. Cada uno en un extremo – uno por exceso y otro por defecto-, claro está.
En el caso de los dulces como las galletas, la bollería industrial o las chuches, hay quien es firme y los ha logrado desterrar de la dieta familiar, sustituyéndolos por fruta, cereales o alternativas caseras que no tienen azúcares añadidos ni grasas saturadas. No obstante, esto suele ser difícil de mantener cuando los niños van creciendo, y las prohibiciones no suelen dar muy buen resultado a medio plazo.

Nuestra recomendación es que decidáis vuestros límites en familia. Por ejemplo, pueden tomar dulces una (no más de dos) veces a la semana. En cuanto hayan alcanzado “el cupo”, se acabó hasta la semana siguiente. Este control se lleva entre todos, y así ellos son partícipes. También hay que decidir qué pueden tomar, qué no, y las cantidades. Aquí entra todo lo que sabemos sobre los procesados industriales y el aceite de palma.
Con las verduras, hay que ser imaginativo y constante, aunque sin forzar. De un modo u otro, deben estar en vuestros platos todos los días. Iréis descubriendo lo que les gusta y lo que no, y ellos mismo se sorprenderán poco a poco. En cualquier caso, lo más poderoso es el ejemplo, por eso es importante que empecemos por preguntarnos: ¿son saludables mi dieta y mis hábitos?

Summer Rock & Kids

La escuela musical más rocanrolera ha vuelto más refrescante que nunca, ahora en su edición veraniega. Con una innovadora programación diseñada por nuestros amigos de Solfa Recursos Musicales, los niños practicarán un instrumento (piano, batería, bajo o guitarra) cada semana. Además, utilizando el rock como recurso didáctico, introduciremos temáticas semanales como la naturaleza, el arte o el deporte. Las jornadas serán bilingües, con talleres de arte, nuevas tecnologías e inglés, y cada viernes haremos excursiones… ¡con mucho ritmo! Y todo ello con el sello de calidad de ituitu y en unas instalaciones que cuentan con dos piscinas, huerto ecológico, zona sensorial y cocina propia.

El cultivo de nuestro huerto, los talleres de reciclaje y una visita al parque de San Vicente de Lliria sacarán nuestra parte más folkie.

Descubriremos el lado más rockero de Valencia de la mano de sus músicos más famosos. Remataremos la semana visitando el Conservatorio.

Pintura, poesía y artesanía son algunas de las artes que abordaremos a partir del rock. Con la ayuda de un luthier, aprenderemos que construir una guitarra es pura poesía visual.

We are the champions! …y lo demostraremos realizando actividades deportivas a ritmo de rock. Además, acudiremos a un complejo deportivo que ha sido escenario de grandes conciertos.

Grabaremos nuestro propio programa de radio y visitaremos una cadena de televisión y un estudio de grabación.

También habrá tiempo cada día para el juego libre y para el baño en las dos piscinas de nuestro patio.

Como siempre, para más info e inscripciones, podéis contactar con nosotros en el mail direccion@ituitu.es o en el teléfono 633674357.

¡Este año la canción del verano se toca en ituitu! ¡Súbete al escenario y cántala con nosotros!

Las partes del cuerpo: siluetas de papel

Los niños sienten y se expresan a través de todo su cuerpo. Por ello, es importante ofrecerles experiencias que les ayuden a conocerse físicamente, a descubrir sus posibilidades perceptivas y motrices, a identificar las sensaciones que experimentan, a disfrutar de ellas y a servirse de las posibilidades expresivas del cuerpo para manifestarlas.

OBJETIVOS:

  • Formarse una imagen ajustada y positiva de sí mismo.
  • Enriquecer el lenguaje: reconocer e identificar las diferentes partes externas de su cuerpo.
  • Conocer la identidad propia.

MATERIALES:

  • Papel continuo
  • Rotuladores
  • Ceras, acuarelas u otro tipo de pintura para papel
  • Telas
  • Papel de seda
  • Lanas
  • Gomets
  • Fotos de sus caras, en tamaño A4

DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD

  • Con los niños tumbados sobre papel continuo, dibujamos su silueta.
  • Recortamos la cara de la fotografía de los niños y la pegamos sobre su silueta.
  • Cada niño la decora su silueta a su gusto con los diferentes materiales.
  • Para finalizar, cada uno presenta al grupo su silueta.

Dependiendo de la edad de los niños, ellos mismos pueden hacer todos los pasos o pueden contar con la ayuda de un adulto para dibujar las siluetas y/o recortar las fotos.

CONSEJOS PARA EL ADULTO

Esta actividad es perfecta para realizarla al aire libre pero también se puede hacer en casa. Lo importante es estar cómodos y tener todo el material a mano.

Con el fin de respetar el ritmo de cada niño y que la actividad sea una experiencia positiva, no debemos corregir al niño en el momento. La decoración de la silueta es libre y por tanto, debemos dejarles que lo hagan como quieran, y durante la presentación, estar atentos para identificar lo que saben y lo que deberemos reforzar en otro momento.

Para terminar, recogemos entre todos. Y este es el resultado.

¡Esperamos que lo disfrutéis tanto como nosotros!

¡Y se hizo la luz!

En la era de los tablets y los juguetes electrónicos, a veces nos olvidamos de que son los materiales más sencillos los que más estimulan la imaginación de los niños.

Por eso, aprovechando que estamos en «la semana de los sentidos», os proponemos una actividad para trabajar el sentido de la vista que se puede realizar con objetos cotidianos, de esos que todos tenemos en casa, y que usados con un poco de inventiva, pueden proporcionarnos horas de diversión.

MATERIALES

  • Un foco de luz o una lámpara, lo más intensa posible.
  • Una sábana, cuanto más grande mejor.

OBJETIVOS

  • Fomentar la visión abstracta de objetos y gestos cotidianos.
  • Reconocer a los compañeros del juego únicamente gracias a sus sombras.
  • Disfrutar descubriendo los sentidos de los que la naturaleza nos ha dotado.

DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD

Para empezar, deberemos colocar el foco lejos del alcance de nuestros niños y nuestras niñas, apuntando con la luz hacia donde se vaya a posicionar nuestro «público». A continuación dejaremos un espacio de 1 ó 2 metros y colgaremos la sábana o la tela que hayamos elegido, de forma que quede firme.

A partir de ahí, hay múltiples variantes. La más básica es pedir a alguno o algunos de los niños que se pongan entre el foco y la sábana, y pedirles que hagan gestos mientras el resto mira.

También podemos pedir a un grupo de niños y niñas que se pongan detrás de la sábana, y luego retar al «público» a que los vaya identificando uno a uno, solo a través de sus sombras (¡prestad especial atención en este caso a que no se puedan ver los pies por debajo de la sábana!).

Otra opción es que nosotros elijamos a un niño o una niña y le pidamos que se ponga detrás de la sábana, mientras el resto se tapa los ojos, para a continuación tratar de adivinar quién es la persona que está detrás.

También podemos introducir figuras de animales que podamos hacer con las sombras de las manos (gato, perro, paloma, lobo…), y jugar a adivinar de qué animal se trata.

Por último, podemos aprovechar la infraestructura para hacer un cuento con sombras, recortando en papel o cartulina las siluetas de los personajes y moviéndolos detrás de la sábana.

Como veis, esta actividad tiene una gran cantidad de variantes. ¿Se os ocurre alguna más?

Nuevos territorios para pequeños exploradores

El enriquecimiento continuo de las cinco aulas de 1 a 3 años ha sido una prioridad en lo que llevamos de curso. ¡A esas edades crecen tan rápido que es todo un reto adaptar sus entornos con esa misma velocidad! Para conseguirlo, hemos hecho un gran esfuerzo estudiando minuciosamente la respuesta de los niños ante la organización de sus espacios, y seguimos muy de cerca sus necesidades, asegurándonos de responder con la distribución, los materiales y las actividades más apropiadas en cada momento, con una oferta que permita a cada niño evolucionar a su propio ritmo. Lógicamente, también les tocaba el turno a nuestros bebés. ¡Ellos no iban a ser menos!

Somos muy conscientes de que los cambios en el ambiente de niños tan pequeños deben ser continuos pero graduales, y por eso hemos ido poco a poco, reflexionando cada detalle, y lo cierto es que estamos muy satisfechos con el resultado final.

El aula de los bebés es un espacio respetuoso, amoroso, que responde a las necesidades de cada uno y fomenta su independencia desde los primeros meses. Un espacio que permite la exploración libre y el descubrimiento continuado, en la medida en la que ellos quieran.

Un espacio luminoso gracias a esa cristalera frontal que llena el aula de luz y les permite estar en contacto con lo que pasa fuera…¡porque les chifla estar al tanto de todo! Con áreas claramente diferenciadas para el movimiento, la exploración sensorial, el lenguaje, el descanso, la higiene y la alimentación. Y al mismo tiempo, comunicadas entre sí, permitiendo recorridos abiertos. Un espacio bonito, a su medida, donde todo tiene un propósito, pensado para ellos y que invita a quedarse.

Durante el primer año de vida, los bebés son exploradores sistemáticos y aprendices incansables. Quieren aprender a hablar y desarrollan todos los sentidos pero sobre todo, es el tiempo en el que el movimiento y las ganas de aprender a caminar absorben casi toda su atención. También el vínculo afectivo con sus personas de referencia y el orden en sus rutinas les proporcionan seguridad y confianza. Por esto, los cambios más destacables son la zona de motricidad gruesa y la reubicación de la zona de alimentación.

¡Nuestros niños disfrutan ya del mejor “baby-gym” de la ciudad! A diario podemos verlos pasando de las barras de apoyo para aprender a caminar, al túnel para el gateo o a los módulos de planos inclinados. ¡Dentro de nada ya estarán en el balancín!

Están en plena forma aprendiendo a desplazarse, lo que también les hace más independientes y les permite explorar más y mejor el mundo que les brinda su aula. El secreto del éxito son las nuevas herramientas Pikler que están diseñadas en base a los resultados de décadas de estudio científico del desarrollo motor de los más pequeños y ante todo, la libertad absoluta de movimiento.

También los tiempos dedicados al sueño, a la higiene y a la alimentación son clave para los bebés física y emocionalmente. Por eso hemos habilitado la zona de comer cerca de las cunas, agrupando así estos tres “cuidados esenciales” (alimentación, sueño e higiene). Con el sillón de Simona cerquita, es el lugar perfecto para un achuchón más! También así hemos liberado la zona de “trabajo”, dejando un espacio más diáfano para la exploración. La nueva distribución proporciona mayor calma y mejor organización.

A nosotros nos encanta, pero lo mejor ha sido la respuesta de los niños… ¡no hay quien los pare!

Arriba las manos

«¡Niño, no toques eso!»

«¡Las manos quietas!»

«¡Eso no se toca!»

La de veces que habremos oído estas frases u otras parecidas cuando éramos pequeños… Tal vez por eso en las escuela nos gustan tanto las actividades basadas en el tacto y la manipulación de objetos y texturas. Y es que los niños exploran y aprenden sobre el mundo que les rodea usando sus sentidos: tacto, gusto, olfato, oído y vista.

En la actividad que os proponemos hoy  nos hemos centrado en el tacto, ofreciendo la posibilidad de disfrutar y manipular diferentes texturas. A través del sentido del tacto obtenemos mucha información: que las cosas pueden ser duras, blandas, pegajosas, húmedas, secas, grandes, pequeñas, lisas, rugosas, calientes, frías, etc… Estas experiencias provocan otras oportunidades valiosas de aprendizaje en niños de 6 meses a 3 años, como los contrastes o las clasificaciones, que empiezan a su vez a preparar la mente matemática.

Es importante proporcionar variedad y dejar a los niños libertad en su exploración. El rol del adulto es preparar y disponer los materiales y no interferir más que para responder a posibles preguntas. Tampoco debemos corregir a los niños si pensamos que no están manipulando los materiales como nosotros esperamos. Todo forma parte del proceso de descubrimiento. Sólo tomaremos parte activa si hay peligro o si no se hace buen uso de los recursos.

OBJETIVOS:

  • Conocer, reconocer los sentidos y el órgano que cumple la función de cada uno de ellos.
  • Expresar y comunicar gustos y preferencias por las diferentes texturas.
  • Disfrutar de la experiencia sensorial.

MATERIALES:

Bandejas o cubetas de tamaños similares con diferentes materiales. Estas son las que utilizamos nosotros en clase:

  • Lanas
  • Conchas
  • Yogurt
  • Arena
  • Agua caliente.
  • Agua con hielos.
  • Papel ondulado
  • Troncos de madera
  • Garbanzos
  • Blandiblub
  • Plumas
  • Pasta cocida
  • Harina
  • Arroz
  • Césped
  • Estropajos
  • Esponja
  • Tela de saco.

DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD

Se presentará a cada niño las diferentes texturas y se les indicará que se coloquen delante de una bandeja, cada 1 minuto o 2 se pasarán a la bandeja de al lado, hasta que todos hayan pasado por todas las bandejas.

CONCLUSIÓN:

Para terminar, haremos un circulo para que cada uno pueda decir e identificar cuál es la textura que más les ha gustado y por qué.

Os animamos a que probéis esta actividad en casa con vuestros hijos. Primero porque seguro que os da pie a pasar un rato instructivo y divertido con ellos. Y segundo, porque os proporcionará la oportunidad de ejecutar una pequeña venganza, la de poder repetir hasta cansarse: «¡Niño, esto sí se toca!»

 

 

¡Que aproveche!

Croquetas de pescado con autonomía, crema de coliflor con autoestima, puré a lo “yo solo puedo”… Los platos del menú de ituitu están incorporando nuevos y sabrosos ingredientes. Y es que este mes los niños han estrenado un nuevo espacio de comedor y lo que es más importante, viven una nueva experiencia a la hora de comer. Una experiencia diseñada para potenciar sus conquistas de este curso y continuar favoreciendo su autonomía.

Todos los días, hacia las 11:45, tras haberse lavado las manos, los más de 30 niños de las aula del Mar y el Bosque que se quedan a comer, entran en el aula polivalente y muy seguros de sí mismos se organizan para comer. Puede parecer que es por arte de magia que reine tanta calma y todos coman tan bien, pero no… es planificación, observación y muchas ganas. Bueno, ¡y la riquísima comida de Maribel, claro!

Sentirse autónomos tan pequeños les ayuda a fortalecer la imagen que tienen de sí mismos, y su confianza para continuar aceptando retos. Además, cuando se sienten útiles dentro de un grupo, se refuerza el tan necesario sentimiento de pertenencia social. Por eso, en ituitu la autonomía la trabajamos sin prisa pero sin pausa a lo largo de todo año, en todos los aspectos, dentro y fuera del aula.

Los adultos jugamos un papel esencial en este proceso. Nuestra función es doble: proporcionar a los niños oportunidades en las que puedan tener éxito y resistir la tentación de ayudarles en todo momento.

En septiembre, cuando llegaba la hora de comer, nuestro objetivo era que los niños pudieran sentarse y comer tranquilos. Parece tarea sencilla, pero no siempre era posible. Superado el periodo de adaptación, comenzamos a incrementar poco a poco la colaboración más activa de nuestros comensales. Por ejemplo, darles los pechitos para que se los pusieran ellos solos o pedir un par de voluntarios para repartir los cubiertos. A finales de febrero, las profesoras valoraron que el grupo entero estaba listo para mayores retos, pero observaron que necesitaban más espacio para poder seguir avanzando. Así, reubicaron el comedor dentro de la misma aula polivalente e integrando las rutinas que ya formaban parte del proceso diario, lo redefinieron de principio a fin. El resultado, un grupo grande de niños de entre 2 y 3 años que disfruta comiendo y no necesita prácticamente de la intervención de los adultos a su cargo.

Y esto es lo que ocurre… Hacia las 11:45, los niños entran ordenadamente en el comedor, toman sus pechitos (que ya nadie les da), se los ponen y toman asiento. Ayudan a poner el mantel, mientras dos compañeros reparten las cucharas para el primer plato.

Una vez están listos, por mesas, se van levantando a por su comida y vuelven a su sitio. Al terminar, vacían sus sobras (¡cuando las hay!), dejan el cubierto sucio y el plato en los puntos dispuestos para ello.

A continuación, cogen su segundo plato. Repiten el proceso para el postre, y cuando han acabado, dejan sus pechitos sucios en el lugar indicado. De nuevo en orden y por grupos, vuelven a sus aulas para asearse y preparase para una merecida siesta.

Mientras ellos comen, las profesoras reparten las cestas del pan, sirven agua o más platos cuando alguien quiere repetir, y están disponibles para lo que cualquiera pudiera necesitar.

El secreto de su éxito: hacer protagonistas a los niños de principio a fin, proporcionándoles las condiciones necesarias para que puedan valerse por sí mismos. El resultado: niños satisfechos, una ambiente más tranquilo y ordenado y una comida más deliciosa si cabe. Porque cualquier plato está más sabroso cuando le añades una cucharadita de confianza, medio vasito de autoestima y una pizca de responsabilidad.

¡Quieto todo el mundo!

¡Lo nunca visto! Esta semana en ituitu ha tenido lugar un acontecimiento asombroso. Varios testigos afirman que en al aula de The Farm, el viernes pasado… ¡había alguien quieto! ¡Total y completamente inmóvil! Un suceso asombroso para una escuela infantil como la nuestra en la que la inmovilidad brilla por su ausencia. Nuestros niños saltan, corren, bailan, giran, ruedan… ¡no paran un momento! Nuestras profes tampoco… ¡es la única forma de seguir el ritmo los peques! Pasada la impresión inicial, reconocimos a la figura en reposo que contrastaba con el ajetreo que reinaba en el resto del aula. Era Cristina, la gerente de ituitu, que en este artículo nos desvela los motivos de esa inédita quietud.

En ituitu pensamos que una comunidad educativa es un sistema vivo que está en constante evolución. Por eso, desde que abrimos estamos inmersos en un proceso de mejora continua.

Para este curso, nuestra principal prioridad es favorecer más el desarrollo individualizado de cada niño. Para ello, llevamos ya meses centrados en la mejora de nuestras aulas, desde la organización de los espacios hasta el tipo de recursos que en ellas se encuentran. Empezamos este curso con mobiliario nuevo, más bajito, para estar mejor al servicio de los niños. Sustituimos todos los juguetes por material sensorial y cognitivo. Reducimos la decoración para tener ambientes más calmados. También sabíamos que para hacerlo con rigor, hacía falta una formación sólida. Hoy ya estoy a punto de obtener mi título de guía Montessori 0-3 años, que es la metodología que mejor aborda este aspecto.

Tras un trimestre y la experiencia positiva de las profesoras, hemos querido hacer una valoración objetiva. Por eso, cada viernes paso parte de la mañana en un aula, observando el espacio y como los niños interactúan con su entorno. Me siento en un rincón, para interferir lo menos posible, y escribo todo lo que veo y percibo. Recojo mucha información que después valoramos en equipo.

Desde el principio de los tiempos, la observación ha sido una herramienta esencial para el progreso humano, un factor clave en nuestra supervivencia, orientación, adaptación y evolución. También ha sido la observación lo que ha posibilitado grandes avances en el estudio del hombre, ya sea en la educación o en el campo de las ciencias.

En mi experiencia, observar no es fácil porque requiere prestar atención con todos los sentidos, fijarse en la riqueza de los detalles y estar presente en cuerpo y alma, dejando a un lado cualquier distracción. En estas sesiones, busco responder a las siguientes preguntas: ¿está bien distribuido y organizado el espacio?, ¿permite a los niños moverse con libertad y explorar el aula tranquilamente?, ¿están todas las áreas bien dotadas de materiales?, ¿son estos materiales los más adecuados para estos niños?, ¿en qué condición están, hace falta reemplazar algo?, ¿hay material que ignoran por completo?, ¿es el aula estéticamente agradable?, ¿cómo se gestiona el orden dentro del aula?

Toda la información objetiva que estoy obteniendo nos permite luego reflexionar sobre el proceso de aprendizaje y tomar las decisiones oportunas. Gracias a eso, se ha abierto un diálogo muy interesante con las profesoras.

Por ejemplo, en los grupos de 1-2 años detectamos una importante necesidad de movimiento libre – de subir, bajar, escalar- por lo que hemos comprado el triángulo y la rampa Pikler, para que puedan hacerlo tanto en el patio como en las aulas… ¡y han sido todo un éxito!

Este proceso de observación está siendo tan enriquecedor que pensamos hacerlo una práctica habitual, pudiendo extenderlo a otros aspectos, como los propios niños y las profesoras.

La observación es igual de poderosa en casa pero la vida rápida que todos llevamos no nos lo pone fácil. Siempre hay urgencias que atender, tareas pendientes y compromisos ineludibles. A veces, esa premura permanente nos dificulta prestar verdadera atención a lo que nuestros hijos hacen o dicen, a cómo lo hacen y cómo lo dicen, sin intervenir ni interrumpirles. Basta hacerlo un rato cada día para comprenderlos mejor y saber todo lo que necesitamos sobre sus preferencias y necesidades. Por eso, si conseguimos cambiar el chip, parar un momento y sentarnos a observarles, veremos que no hay tiempo mejor invertido que el que dediquemos a mirarles.